¡NAVIDAD!
Recientemente estuve en un ambulatorio acompañando a una
señora mayor a visitar a su Dra. de cabecera. Mientras esperaba me puse a leer
las Escrituras para aprovechar el tiempo. Siempre va bien llevar un Nuevo Testamento de bolsillo
para esos momentos. Como la espera se hacía larga, me levante y di una vuelta
por la estancia: un primer piso acogedor con ocho puertas de oficinas, y sus
nombres en ellas al lado de cada puerta, dobles en este caso, por aquello de la
tarde y la mañana, vamos, turnos para cada médico o enfermera. Caminé un poco y
me senté en otro lugar, cerca de la puerta de entrada, donde había una gran
pantalla plana de televisor con diversas funciones. En este caso tenía una
presentación aparentemente Navideña.
Con hermosas fotografías la primera
decía: Navidad es mirar el futuro con
optimismo.
La segunda: Navidad es estar como en casa.
La tercera: Navidad es luz.
La cuarta: Navidad es amor y paz al mundo.
La quinta: Navidad es una canción.
La sexta: Navidad es paz.
Y por último de todo la fotografía de un
papa Noel…. Y me pregunté si realmente esta gente sabía que era la Navidad. Porque
si bien es cierto que la Navidad es todo eso, también lo es que faltaba lo esencial.
La
Navidad es el recuerdo que celebran los Cristianos de la venida de Jesús a este
mundo como el Salvador y Redentor de nuestros pecados. Es la celebración del más
glorioso nacimiento que haya habido en la Tierra, el cual los Cristianos ensalzan
por causa de las profecías y las propias palabras de los ángeles a los pastores
cerca de Belén. De las más notorias profecías tenemos las de Isaías 7:6 “Por
tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a
luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel (Dios
con nosotros)” (ver Mat. 1:21-23); y 9:6 “Porque un niño nos es nacido,
hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Luc.1:32,
33). Aparte la misma sobre la aldea de su nacimiento profetizada por Miqueas
5:2 (ver Mat. 2:5, 6), la cual es la respuesta que le dan a Herodes los
principales sacerdotes y escribas cuando les preguntó en respuesta a la pregunta
de los sabios de oriente. Y con esto más de 300 profecías se cumplieron con la
venida del Señor Jesucristo.
Pero
si algo mostró la bendición de su venida fue la aparición del ángel a los pastores
que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Cuando la
gloria del Señor los rodeó de resplandor tuvieron gran temor. “Pero el ángel
les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para
todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que
es Cristo el Señor.” Indicándoles donde y como le hallarían, apareció una
multitud de las huestes celestiales que decían: “¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lc. 2:8-14). Palabras
extraordinarias de parte de Dios para con la humanidad por el nacimiento de su
Hijo bendito en la Tierra.
Si,
el hombre tiene algo que celebrar en Navidad. La venida de su Salvador a la
Tierra. Y está bien que lo celebremos, y que hagamos intercambios de regalos, y
les demos esperanza con ellos a los niños, pero sin olvidar lo principal, que
hay que enseñarles a reconocer el pecado, arrepentirse y aceptar la salvación que
Dios nos ofrece en Su amado Hijo Jesucristo, las Buenas Nuevas de la Salvación.
¡FELIZ
NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2012!
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