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jueves, 12 de enero de 2012


Democracia

            Quizá no hay palabra más usada que esta hoy día, y posiblemente la más manipulada por los artífices de la dialéctica socialista. Democracia se define como “el gobierno del pueblo por el pueblo”: y el diccionario nos dice: régimen político en el que el pueblo ejerce la soberanía; se desarrollo primero en las ciudades estado de Grecia; en sentido moderno se desenvolvió a partir de la Revolución francesa; opuesto a la autocracia, aristocracia, oligarquía, y monarquía. Platón, en su “República”, la desestima como un método de gobierno imposible de llevar a cabo, y ciertamente la Revolución francesa abre una puerta a ese gobierno del pueblo por el pueblo al establecer la separación de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y hacer que el legislativo sea electo por el pueblo, o salga del pueblo.
            Es indudable que la democracia ha sido usada y se usa por partidos interesados en sus propios ideales, y sobre todo los comunistas han manipulado la palabra hasta el sumun, haciéndonos creer que pueblo equivale a pobre, a campesino, a proletario, o a lumpen proletariado, y el resto no forma parte de ese “pueblo”. Y llegando al poder solo ellos han sido pueblo, y los demás “basura” a la cual dominar, reglamentar, y dirigir. Todos los antiguos regímenes comunistas, y los que aún quedan, tienen la palabra “democrática” en su enunciación de estado. Aún hoy día seguimos oyendo a comunistas y socialistas llenarse la boca de democracia, como si ellos fueran el único pueblo existente, y los demás no existieran o estuvieran de paso. Vamos, que ellos son los únicos que hacen las cosas democráticamente, mientras que los demás no. Cuando lo cierto es que ellos solo usan de la democracia para conseguir sus fines.
            Hay otros países que usan de democracia siendo monarquías... Reino Unido, Suecia, España, Holanda… son unos pocos en los que el rey o la reina es la representación del Estado y aparte existe un gobierno elegido (supuestamente) por el pueblo, o al menos es representativo del mismo. Hoy en día tenemos como ejemplo de democracia casi perfecta a los Estados Unidos de América, junto con Canadá y Australia, aunque estos dos últimos reconocen a la reina de Inglaterra como soberana, sólo USA ha logrado mantener un sistema representativo de gran nivel democrático.
            Si vemos los últimos sucesos en los países emergentes podemos ver que diversos dirigentes de Latinoamérica se levantan y ganan elecciones, forman congresos constituyentes y cambian constituciones y nos dicen que es el pueblo quien ha hablado, cuando la mitad vota lo contrario. Y entonces se empieza a expropiar y perseguir a los que creen en la propiedad privada y en la libertad a fracasar y volver a empezar, como si estos fueran apestados y no pertenecieran al pueblo, sino que son catalogados como “enemigos del pueblo”, manipulando nuevamente la democracia por la representación del partido de turno que sólo gobierna para los suyos. Mezclando los poderes y coartando la legislación y la justicia en nombre de la “democracia”.
            Así pues, vemos que se puede gobernar bien sólo cuando se hace en justicia y libertad. Que la democracia nunca podrá ser a menos que sea justamente representativa, y que esta representación no debe ser manipulada, sino guiada con propósito sobre programas de gobierno que tenga el representante. Pero un pueblo que ignora sobre su libertad será un pueblo manipulable y manipulado. Un pueblo ignorante no es un pueblo que pueda gobernar. Muchos conocen a Job, pero pocos han leído acerca de él. Cuando sus tres amigos, en vez de consolarle, lo único que hacen es acusarle de haber pecado, y que sus desgracias ocurrieron por esa causa, Job, cansado de escuchar sandeces les responde: “Ciertamente vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría.” (Job 12:2).
            ¿Puede el pueblo elegir a sus representantes? Claro que sí, pero vemos que hay una gran manipulación en las ideas y los motivos, y sólo unos pocos son los que están moviendo los hilos para ser elegidos. Lo cierto es que no importa que el jefe del estado sea el Rey, si la forma de elegir los representantes está abierta a todo aquel que tenga ideas claras, y un proyecto de futuro para el pueblo. Si la libertad no está coartada por infinitud de burocracia entonces la elección de un representante democrático es posible.

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