Jesús, el Libertador
Te amo, oh Jehova, fortaleza mía. Jehova, roca mía y castillo mio,
y mi Libertador, Dios mío, fortaleza mía,
en el confiare, Mi escudo, y la fuerza de mi salvación,
mi alto refugio.
Sal. 18:1, 2.
Hay un título que pocos hombres han tenido como tal: el de Libertador. Y aunque las Escrituras usan esta palabra para referirse a varias personas, escogidas por Dios, para liberar a su pueblo en contadas ocasiones, son momentos específicos sobre hechos históricos, pero puntuales, solo usados para la ocasión en cuestión.
En el Antiguo Testamento encontramos a Moisés como la persona mas importante sobre cuyos hombros recae la responsabilidad de liberar al pueblo de Dios esclavizado por Egipto. Con bastante remilgo Moisés se somete a la voluntad de Dios y se dispone a hacer lo que Él le indica. Tras doce milagros y diez plagas Faraón acepta dejar marchar a Israel. El pueblo de Dios es liberado de la esclavitud de Egipto, y es conducido hacia la Tierra Prometida, en la que después de recibir la Ley, Moisés cumple su cometido.
Josue es el encargado de cruzar el Jordán con el pueblo y conquistar la Tierra Prometida. Con el tiempo el pueblo se olvida de Dios y es sometido por diversos enemigos, pero el Señor no solo no se olvida de ellos sino que les envía Jueces como libertadores de las diferentes opresiones y esclavitudes en que se encuentran.
Dentro del mundo secular, si bien han existido diversos héroes o próceres y estos han experimentado o dirigido ejércitos liberadores contra distintos tipos de opresores, como Washington en EE.UU o Garibaldi en Italia o San Martín en Argentina, a solo uno (que yo conozca) se le concedió el título de Libertador: Simón Bolívar. Este hecho sucede después de la llamada "Campaña Admirable" en 1813 que forma parte de la guerra de Independencia y dura unos 10 meses. Tras el decreto de Guerra a Muerte contra españoles y canarios, Bolívar llega a Caracas con el corazón de Girardot héroe nacional, muerto en una de sus últimas batallas. El 14 de Octubre la Municipalidad de Caracas en acto solemne nombra a Bolívar como Capitán General de los ejércitos patriotas y le concede título de Libertador de Venezuela.
Es necesario mencionar en este punto que 1) la liberación de Venezuela bajo el dominio Español no se consiguió sino en 1821 con la batalla de Carabobo, 2) que Bolívar junto con otros insignes generales, como Marino, Ribas, Urdaneta, Paez, Soublette, Piar, Antonio Jose de Sucre, Santander y otros, organizaron la lucha por la Independencia de Colombia, Ecuador, Perú, y la fundación de Bolivia, 3) que en 1819 se creó La Gran Colombia compuesta por Nueva Granada (Colombia), Ecuador y Venezuela, con gobierno central radicado en Bogota, Colombia, 4) que en el sur, los generales Jose de San Martín y Bernardo O'Higgins se encargaron de la liberación de Argentina y Chile respectivamente, 5) que la base política de Simón Bolívar para gobernar tenía como referente a la revolución Francesa, la cual establece la democracia como fuente de libertad individual, de mercado y social. Sin embargo, en las diferentes constituyentes que se hicieron aparecieron proposiciones extrañas y ajenas a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial como propuso la revolución francesa. Cosas como presidencia vitalicia, senado hereditario, poder electoral, o poder censor moral fueron un obstáculo para estas nuevas constituciones que se hicieron en la época, y de allí sus fracasos. Lo cierto es que el título de Bolívar sólo hace referencia a una liberación del dominio de otra nación, la cual era el Reino de España. Lo cierto es también que Simón Bolívar es el representante más conocido de la independencia de 4 naciones y la creación de otra, vg. Colombia Venezuela, Ecuador y Perú, y la fundación de Bolivia. A su muerte el 17 de Diciembre de 1830, la Gran Colombia había comenzado a separarse, dejando esta frase como testamento político: "Cuando cesen los partidos y se consolide la unión yo bajaré tranquilo al sepulcro."
Ahora bien, el verdadero Libertador, nuestro Libertador es el que proyectó y consumó la Redención Eterna para todos los hombres, en todo tiempo y lugar. Su lucha y entrega no fue fratricida sino sacrificial y de amor. Las palabras redención, liberación: Redentor-Libertador, vienen a ser sinónimas en las Escrituras, aunque justo es decir que la Redención envuelve y da lugar a la liberación. Es la Redención la que Dios usa y enseña en el Antiguo Testamento en relación a los problemas, angustias y esclavitud de su pueblo Israel, y, generalmente, en forma particular y personal.
Jesucristo como Libertador es poco conocido, aunque las Escrituras nos enseñan que es uno de sus títulos, pero De qué cosas nos liberto Jesucristo? Las Escrituras nos indican que lo primero que hizo Cristo al venir fue:
1. Cumplir con la voluntad del Padre por el cual llevó a cabo el mandato recibido, esto ocurrió a través de su muerte y resurrección y consistió en:
a) Ser artífice de nuestra eterna Redención. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Heb. 9:11, 12.
b) Ser artífice de eterna Salvación: Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen, y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Heb. 5:9, 10.
c) Ser artífice de la Vida eterna: Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Jn. 3:15, 16.
2. El vino para darnos libertad:
a) De la esclavitud del pecado. Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre, el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Jn. 8:34-36.
b) Libertad al servicio de la justicia: Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados, y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.... Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación y como fin, la vida eterna. Rom. 6:17, 18, 22.
3. Su liberación afecta también diferentes aspectos de la vida del creyente.
a) nos libra de persecuciones y padecimientos. Persecuciones y padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquia, en Iconio, en Listra, persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. II Tim. 3:11.
b) nos libra de toda obra mala. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A el sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. II Tim. 4:18.
c) de tentación. Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el dia del juicio. II P. 2:9.
d) de la muerte. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiasemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos: el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará de tan gran muerte. II Cor. 1:9, 10.
e) de la potestad de las tinieblas. El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Col. 1:13, 14.
f) de la ira de Dios. Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. I Tes. 1:10.
La gran obra de nuestro Libertador estriba en que El nos compró con sangre al pagar el precio que nuestro pecado exige delante de Dios. Nos libero del pecado y nos liberto del mercado de la esclavitud del pecado, así como de la culpa del mismo. Nos ha dado nueva vida en Cristo y nos ha hecho siervos de justicia. Su obra de Redención es perfecta de tal forma que al redimirnos no solo nos compró y nos sacó de ese mercado, sino que nos vistió con la justicia de Dios. Su liberación es eterna. A Él debemos darle honra y gloria por la gran salvación que nos ha dado.