Crisis…
Precisamente esta palabra Krisis proviene del griego, en particular de Krino, y no es de extrañar que por ahí se le dé tanto bombo y
platillo y se confunda su significado, y aún más, la mayoría desconozca su
verdadero sentido. En sí, muchos creen que “crisis” significa simplemente “problemas”.
Hablemos primero de su raíz Krino. Ésta palabra significa “dividir” y después “seleccionar”, “valorar”,
“juzgar”, “decidir”, “buscar justicia”, y también “exponer” y después “creer”, “resolver”.
Krino viene a ser el punto en que la
krisis se valora, se juzga y se
decide buscando siempre la justicia. El concepto de juicio en el mundo Griego
tiene que ver con que sus dioses eran guardianes de lo justo y las costumbres.
Esta creencia se desarrolló en que Zeus gobernaba como juez y causaba que la
justicia triunfara y el error (delito o falta) fuera castigado en este mundo.
Ahondando
en el término krisis se comprueba
que significa mucho más que “problemas”. Krisis
denota un hecho que presenta varios sentidos tales como: a. distanciamiento y
conflicto; b. selección; c. decisión, juicio, veredicto, incluso acusación; y
d. decisión en una batalla o enfermedad. En concreto, crisis viene a significar una serie de hechos, que en matemáticas denominaríamos
conjunto por su origen, pero que cada cual puede referir a un hecho distinto
del cual puede haber un alejamiento, un conflicto, una selección, una decisión,
un juicio o un veredicto e incluso una acusación. Crisis viene a ser el punto en que se debe de tomar una decisión
emitir un juicio o veredicto, lo cual indica que crisis no es el problema sino
el punto álgido del problema en el cual hay que tomar una decisión. ¿Puede
alguno pensar que el hecho de que la palabra crisis provenga del griego es una coincidencia que hila muy fino
por el problema de Grecia? Se podría decir que sí. Ian Fleming, autor de las
novelas del agente 007, James Bond, recoge en una de sus novelas estas palabras:
“Cuando ocurre algo una vez lo llamas casualidad, dos veces, una coincidencia, tres…
enemigo en acción.” Así que las cosas generalmente no ocurren por casualidad, y
menos en estratos en que las preclaras mentes de la economía se mueven; lo
mejor, sería dejar de hablar de crisis griega y que estas preclaras mentes nos
expliquen el problema.
Ya
sé, ya se, que resulta que deben mucho dinero y ahora no tienen para pagar… que
esto son las consecuencias de gastar más de lo que se tiene, y de que el tan
manido bienestar social no es más que la excusa de malos gobernantes que
derrochan y malgastan el erario público y después quieren que todos paguemos
sus dispendios subiéndonos los impuestos. Lo cierto es que Grecia, o su
gobierno de turno, falseo las cuentas para poder entrar en el mercado común europeo,
y cuando esto sucede no encuentras buena disposición para que alguien te crea
cuando dices que esta vez vas a hacer las cosas bien… sobre todo si dices y no
haces… Si, ya se, ya sé que perdonarle la deuda a Grecia como algunos inspiradísimos
gobernantes han hecho con otros países de los llamados “del tercer mundo”
hubiera sido no sólo un gesto de bondad, buena voluntad y un acto de suprema
generosidad, pero el gobierno griego ha mentido y ¿quién nos dice ahora que no
mentira de nuevo para seguir viviendo del cuento? Es el sistema keynesiano (muy
usado por socialistas y utópicos dirigentes del bienestar social) el que permite
a cualquier gobierno endeudarse hasta el infinito… pero estando en la UNION
EUROPEA el gasto está limitado por nación a un déficit del 3% del su producto
interior bruto. Así pues, Grecia forma parte de esa Unión y tiene que limitarse
a cumplir (no importa el color del partido que gobierne) con las directrices
Europeas. Quizá alguien debería pedir cuentas a esos comisarios europeos que
dieron el visto bueno a Grecia sin que estuviera preparada, porque ciertamente
no es muy creíble que nadie no supiera nada de su situación. Por otro lado, si
Grecia saliera de la UE, no solo significaría su quiebra, sino una pobreza
galopante de la que no saldría en años.
Justo es decir que la UNION EUROPEA se creó con miras a evitar los
impuestos arancelarios entre los países europeos, abriendo las fronteras en
todo tipo de orden, y de este modo poder competir, con una única moneda con los
grandes bloques de comercio mundial.
Vamos,
que la cosa no es tan fácil como descubrir quien engaña, miente y se aprovecha
del prójimo en aras al llamado bienestar social que, en definitiva, al final
terminamos pagando todos. Resuelto los problemas de Irlanda y Portugal,
esperamos que los de Grecia también lo sean no sólo para salir de esta
situación incómoda, sino para poder disfrutar de verdadero bienestar social sin
tanto sobresalto.
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