Bolsas
de Plástico
La cuestión
del plástico tiene miga, y mucha… Teniendo en cuenta que el plástico es un derivado
del petróleo, y al día de hoy miles de productos se hacen de o contienen
plástico, la diatriba ecologista sobre esta materia no deja de hacernos pensar
y preguntar a qué viene este asunto ahora. ¿Realmente viene por una
preocupación ecológica o porque algún iluminado tiene pensado el negocio de
turno? Sea como fuere, el petróleo, que es de donde salen las bolsas y resto de
plástico, siempre ha estado allí, y no he visto a nadie quejarse. También es
cierto que la avaricia humana nos ha dejado
recuerdos difíciles de borrar como el Exxon Valdés, o el Prestige, o
la torre de BP, último de los mal
afamados vertidos. Según Wikipedia:
“De la cantidad de petróleo que se extrae en todo el mundo,
sólo el 5% se utiliza para la industria del plástico; de ésta la mayor parte se
usa para partes de automóviles como molduras, interiores, tableros, etc.; otro
tipo de productos como teléfonos, interiores de refrigerador, gabinetes de
televisor, etc. Otra proporción muy alta la representan las botellas de
refresco, bebidas, líquidos, etc. Sólo una mínima parte de este total se
utiliza para fabricar bolsas de plástico.”
Así que las
bolsas vienen a ser prácticamente el desecho último aprovechado al máximo del petróleo.
Desecho que al pueblo o gente en general le es de mucha utilidad, tanto para
cargar compra de comida como para recoger y echar la basura. Wikipedia también
nos dice:
“Las bolsas de plástico pesadas son aptos para su
reutilización como bolsas de compra reutilizables. Las bolsas más ligeras se
reutilizan como bolsas de basura o para recoger las heces de mascotas. Todos
los tipos de bolsa de plástico se pueden reciclar en bolsas nuevas, cuando
existen los planes eficaces de recogida.”
Con todo
esto, En plena euforia ecologista en que se hizo una campaña televisiva donde
se hacía una apología demagógica de la contaminación de las bolsas, llevado a
cabo por una empresa que hoy día las vende, la cajera de uno de los
supermercados del barrio se enfadaba enormemente porque le pedía precisamente
bolsas para llevar la compra del día, llevada por una sublimación ecologista,
ya que, según ella, no deberíamos contaminar al planeta con las bolsas de
plástico… (Sic)… hasta que en esa cadena de supermercados empezaron a
cobrarlas. La cara de la cajera ya no echa chispas, sino que sonríe encantada
de cobrarnos la(s) bolsa(s); no sé si pensará que al cobrarnos las bolsas la compañía
pagará la tan afamada “tasa ecológica” para castigar supuestamente nuestro
malvado uso de las bolsas… y nosotros, tristes primos del consumo, simplemente
pagamos y nos preguntamos ¿cuando desaparezcan las bolsas cómo haremos para bajar
la basura?...
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