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miércoles, 17 de agosto de 2011

Mercados

            El origen del mercado es el intercambio de productos de bienes de consumo. Desde tiempo inmemorial, los mercados solían celebrarse diaria o semanalmente. En la edad Media se desarrolla también en ferias a intervalos regulares; es en el s. XIII que empiezan a usarse establecimientos permanentes.
            Otro tipo de mercado es el que forman las Bolsas en diferentes ciudades, que al unirse por medio de convenios entre países establecen el Mercado Continuo, o Bursátil, o de Valores. La informática ha permitido que se pueda negociar en cualquier bolsa del mundo en tiempo real, teniendo como principio de funcionamiento el libre juego de las leyes de la oferta y la demanda, el cual es el mejor modo de usar de manera racional y óptima los escasos o abundantes recursos de que dispone un individuo o una empresa. Así que podemos dividir el mercado en dos grupos: los de bienes de consumo diario y los de valores (acciones de empresas, bonos y futuros).
            El Mercado de Valores, (Bolsa, Continuo, Etc.), es un centro en el cual se negocian valores financieros; sean estos acciones, bonos, o futuros, y cualquier otro producto negociable por su valor como el oro, la plata, el trigo o el arroz, etc. etc. Es un mercado libre, que se controla por sí mismo y que especula con la capacidad de las naciones de maniobrar conforme a las riquezas que generan.
            Este mercado controla de tal manera la estabilidad financiera de las naciones que si estas engañan avisa de antemano por medio de los especuladores que las cosas se están haciendo mal, y que esa nación o estado está gastando más de lo que puede producir. El Mercado Continuo trata de mantener el equilibrio entre el producto interior bruto y el gasto del estado, que denominan déficit, y de paso conocer y medir la riqueza del cualquier país. Los especuladores, tan mal vistos desde fuera, son los defensores reales del sistema. Se presentan como los glóbulos blancos que atacan sin piedad cualquier virus que entra en el cuerpo humano. Ya sé que la comparación puede parecer odiosa, pero los especuladores, lejos de ser el problema del mercado, son los que nos indican por medio de sus movimientos de compra y venta, que algo en algún sitio está yendo mal. Y si el que especula quiere obtener un beneficio con lo que hace, los que dirigen tanto las empresas como el estado probablemente estén obrando con ineptitud o pecando de avaricia.

martes, 9 de agosto de 2011

Definiciones Engañosas

            Hoy en día parece que cualquiera puede definirse asimismo como “Cristiano”. Así, no importa si la persona en sí bebe alcohol, maltrata a su mujer, roba o mata. Simplemente cuando aparece la noticia del hecho nos indican que una de las cosas relevantes del individuo es que se definía asimismo como “Cristiano”. De modo que, cuando sale la noticia de la matanza habida en Noruega, el elemento terrorista en cuestión, Anders Breivik se define como conservador y supuestamente “Cristiano”. Los periódicos al día siguiente de la matanza recogen, no que el individuo se definía como Cristiano sino que era Cristiano… demostrando en la información, sino mala intención, si una opinión equivocada de lo que un Cristiano es. Un Cristiano ante todo y sobre todo es un seguidor de Cristo, uno que cree en el Señor Jesucristo como su Señor y Salvador; que se reconoce pecador, y que por misericordia y gracia de Dios es salvado por quien cumplió en la cruz del Calvario la justicia de Dios. Es uno que se mueve por amor y para amar. Porque ese es el propósito de Dios: “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16.
            Un Cristiano no va por el mundo matando gente ni haciendo daño, sino todo lo contrario; va ayudando y amando a la gente, teniendo misericordia y compartiendo las buenas nuevas de Salvación en Cristo Jesús, Señor nuestro.